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VI nations 2013

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2 participantes

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calendario de partidos:

jornada 1:

1 - 02/02/2013 - gales - irlanda
2 - 02/02/2013 - inglaterra - escocia
3 - 03/02/2013 - italia - francia

jornada 2:

4 - 09/02/2013 - escocia - italia
5 - 09/02/2013 - francia - gales
6 - 10/02/2013 - irlanda - inglaterra

jornada 3:

7 - 23/02/2013 - italia - gales
8 - 23/02/2013 - inglaterra - francia
9 - 24/02/2013 - escocia - irlanda

jornada 4:

10 - 09/03/2013 escocia - gales
11 - 09/03/2013 - irlanda - francia
12 - 10/03/2013 - inglaterra - italia

jornada 5 (y última):

13 - 16/03/2013 - italia - irlanda
14 - 16/03/2013 - gales - inglaterra
15 - 16/03/2013 - francia - escocia

Última edición por multicultural el Jue 04 Abr 2013, 12:21, editado 1 vez

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25 enero 2013

Por Mario Ornat

La Guerra de las Seis Naciones - Escocia y la vida sin Robinson

Escocia:

Capitán: Kelly Brown (Saracens).

Entrenador: Scott Johnson (50 años). Debutará el 2 de febrero frente a Inglaterra.

Participaciones: 112.

Títulos: 14 (8 compartidos).

Grand Slam: 3

Triple Corona: 10.

Cuchara de madera: 33.

Seis Naciones 2012: Sexta.

El equipo:

Tres cuartos:
Peter Murchie, Stuart Hogg, Sean Maitland, Tommy Seymour, Sean Lamont, Henry Pyrgos, Sean Kennedy, Alex Dunbar, Peter Horne, Duncan Weir, Ruaridh Jackson (Glasgow Warriors), Matt Scott, Greig Laidlaw, Tim Visser (Edinburgh Rugby), Max Evans (Castres), Tom Heathcote (Bath Rugby).

Delanteros: Alasdair Dickinson (Sale Sharks), Ryan Grant, Dougie Hall, Pat MacArthur, Moray Low, Robert Harley, Ryan Wilson, Chris Fusaro, Alastair Kellock (Glasgow Warriors), Grant Gilchrist, David Denton, Geoff Cross, Ross Ford (Edinburgh Rugby), Euan Murray (Worcester Warriors), Richie Gray (Sale Sharks), Jim Hamilton (Gloucester), Kelly Brown (Saracens), Johnnie Beattie (Montpellier), Richie Vernon (Sale Sharks).

Casi todo lo que ahora mismo sucede en el equipo de Escocia está expresado de forma alegórica, aun con sus más que directas referencias a la historia guerrera contra los ingleses, en algunos de los versos del Flor de Escocia, su himno nacional. Mensajes del pasado glorioso de una identidad que quiere resurgir “y ser, de nuevo, la nación que los mandó (a los ingleses, claro) de vuelta a su país, a pensárselo otra vez…”. De un modo casi humorístico podríamos concluir que a Escocia le interesaría que el Seis Naciones, como torneo, diera la vuelta sobre sí mismo y regresase a los días anteriores al año 2000, cuando ingresó Italia. Y no por ningún tipo de animadversión a los azzurri, con los que por otro lado acostumbran a tenérselas tiesas, sino por una razón bastante más poderosa: desde que no existe el Cinco Naciones, Escocia se ha convertido con más frecuencia de la debida en una auténtica pena en observación.

Su último título lo ganó, con anticipación premonitoria, en 1999. Ha sido el único de los cinco clásicos del torneo que no ha ganado un título en este siglo. Inglaterra la ha derrotado en nueve de las trece Copas Calcuta. Y, además, desde 2000 a 2012 Escocia ha cumulado tres Cucharas de Madera, honor que todo el mundo consideraba reser vado durante una buena cantidad de años a los italianos. Es decir: da la impresión de que, desde que el Seis Naciones es Seis Naciones, Escocia juega apenas contra dos rivales: Italia y su propia historia. Por si fuera poco, en diciembre se quedó sin entrenador. El inglés Andy Robinson dimitió de su cargo después de que Tonga cerrase la serie de partidos internacionales de noviembre con una sonora victoria en Aberdeen. De poco sirvió que Escocia djase algunos pasajes notables en su previsible y abultada derrota contra los All Blacks en Edimburgo, en la apertura de la ventana otoñal; ni la apariciónde diversos valores prometedores en el equipo, particularmente el ala de origenholandés Tim Visser (foto), que ha renovado la amenaza escocesa en ataque; ni laimpresión de que las dificultades del equipo del Cardo para posar puntos en la zona de marca contraria estuviera remitiendo. Laidlaw, Jackson, el propio Visser, Denton, Richie Gray, Ford, Grant… parecían jugadores en condiciones de elevar el unto de mira de una Escocia a la que el rugby profesional se le ha hecho un tren demasiado veloz.

Ninguna de todas esas consideraciones, algunas con ribetes optimistas justificados, defendibles, evitaron que se impusiera la certeza general de que Escocia había alcanzado techo con Robinson, un entrenador temperamental y con gusto por el juego de ataque. La victoria sobre Australia en suelo wallabie en junio no aminoró el peso de la evidencia: cuando Robinson lo dejó, Escocia acumulaba 10 partidos perdidos en los últimos trece. Más una participación voluntariosa pero insuficiente, claramente insuficiente, en la Copa del Mundo de 2011, cuando Argentina e Inglaterra la dejaron atrás en el grupo. Y las cinco derrotas del pasado Seis Naciones. Robinson se fue. Y de alguna forma pareció inevitable.

La salida del entrenador ha abierto un periodo constituyente en la Scottish Rugby Union; una fase de incer tidumbres que los federativos han tratado de conjurar con un entrenador interino, el australiano Scott Johnson, antes de decidirse por otro fichaje para dirigir al equipo nacional. Aunque tampoco han llovido los candidatos, hay que decirlo… Johnson, australiano nacido en Sydney, centro o medio de apertura con los Waratahs de Nueva Gales del Sur en sus días de jugador, ha hecho su carrera de entrenador internacional casi siempre en puestos de asistente. En ese puesto estuvo junto al ex de los All Blacks, Graham Henry, y a su sucesor ahora en el equipo negro, Steve Hansen, durante el periodo que ambos dirigieron a Gales. Fue entre 2003 y 2006, incluida la Copa del Mundo que ganaría Inglaterra en su país de origen. Después de que Mike Ruddock sucediera a los neozelandeses y lo dejara, Johnson dirigió a Gales como primer entrenador en tres encuentros. No pasó de ahí. Después trabajó de forma pasajera, mirando al Mundial de 2007, durante un periodo algo sombrío con los Wallabies pre Robbie Deans. Pasó por el equipo nacional de Estados Unidos también en un papel secundario y dirigió tres años a Ospreys, el equipo provincial de Gales.

El pasado mes de junio, Andy Robinson lo reclutó para Escocia como entrenador de ataque (foto). Y desde diciembre es el superviviente, apenas, del barco hundido por una partida de piratas tonganos en una noche aciaga en Pittodrie. Su primera selección tiene diez caras nuevas: Peter Murchie (zaguero), Maitland y Seymour (alas), Dunbar y Horne (centros), Sean Kennedy (medio de melé), Pat MacArthur (talonador), Gilchrist (segunda), Ryan Wilson y Fusaro (terceras).Hay 19 jugadores de Glasgow, equipo dominante en el limitado panorama escocés. Y el regreso de viejos conocidos como Vernon, Moray Low, Duncan Weir o, sobre todo, el número 8 de Montpellier, Johnnie Beattie. Escocia no puede hacer milagros y la estructura profesional de su rugby no da para más. Si la interinidad fue el secreto del éxito de Stuar t Lancaster en Inglaterra, que navegó las tormentas, renovó el equipo, le dio calma y se ganó un contrato de cuatro años aprovechando las bajas expectativas, la tarea de Johnson parece mucho más complicada. Escocia ha perdido identidad y ha devenido un equipo de segunda fila: número 12 en el ránking mundial, superada de forma permanente por Italia, Samoa o Tonga, y acechada por Fiji... Su nueva época, significativamente, comenzará el 2 de febrero en Twickenham: el sancta sanctorum del Auld Enemy.


http://blogs.as.com/mam_quiero_ser_pilier/2013/01/escocia-y-la-vida-sin-robinson.html

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26 enero 2013

Por Mario Ornat

La guerra de las Seis Naciones - Brunel y el cruce del Rubicón

Italia:

Capitán: Sergio Parisse (Stade Français).

Entrenador: Jacques Brunel (58 años). Debutó el 4 de febrero de contra Francia (30-12).
Participaciones: 13

Títulos: 0

Grand Slams: 0

Cuchara de Madera: 9

Seis Naciones 2012: Quinta.

Plantilla:

Delanteros: Martin Castrogiovanni (Leicester Tigers); Lorenzo Cittadini (Benetton Treviso) Alberto De Marchi (Benetton Treviso), Andrea Lo Cicero (Racing-Metro Paris), Michele Rizzo (Benetton Treviso), Leonardo Ghiraldini (Benetton Treviso), Davide Giazzon (Zebre Rugby), Joshua Furno (Narbonne), Quintin Geldenhuys (Zebre Rugby), Francesco Minto (Benetton Treviso), Antonio Pavanello (Benetton Treviso), Robert Barbieri (Benetton Treviso), Paul Edward Derbyshire (Benetton Treviso), Simone Favaro (Benetton Treviso), Sergio Parisse (Stade Francais), Ratu Manoa Seru Vosawai (Benetton Treviso), Alessandro Zanni (Benetton Treviso).

Tres cuartos: Tobias Botes (Benetton Treviso), Edoardo Gori (Benetton Treviso), Kristopher Burton (Benetton Treviso), Luciano Orquera (Zebre Rugby), Tommaso Benvenuti (Benetton Treviso), Paolo Buso (Zebre Rugby, ), Gonzalo Canale (La Rochelle), Gonzalo Garcia (Zebre Rugby), Tommaso Iannone (Benetton Treviso, ), Andrea Masi (London Wasps), Luke Mclean (Benetton Treviso), Alberto Sgarbi (Benetton Treviso), Giovanbattista Venditti (Zebre Rugby).

Hacia el minuto 60 de su partido en noviembre frente a los All Blacks, con los neozelandeses tratando aún de imponer una ventaja consistente o definitiva sobre el riguroso equipo italiano, el Olímpico de Roma rompió en una ardorosa interpretación comunitaria del himno nacional: Fratelli d’Italia. Cantado a voz en cuello, incluidos los interludios instrumentales, la enérgica marcha azzurra enmarcó el actual momento del equipo italiano: un conjunto al que en un año el francés Jacques Brunel ha dotado de las convicciones, el plan de juego y los recursos colectivos necesarios para creer llegada la hora de dar un paso adelante: cruzar el Rubicón, dirían los clásicos, e ir más allá de la ocasional caza de algún equipo en su estadio para evitar la Cuchara de Madera. Sus últimas puestas en escena autorizan a pensar, siempre dentro de un límite, que algo de eso puede haber este año. Hasta la majestuosidad del Olímpico, adonde Italia se trasladó desde el Flaminio, ha acabado por jugar a favor de la sensación de progreso. Un escenario en consonancia con el carácter mayestático del torneo. La etapa de Nick Mallett al frente de Italia parecía agotada. Ya había dado lo que podía dar.

Así lo entendió la Federugby Italia antes incluso del Mundial de Nueva Zelanda. Brunel debutó en el pasado Seis Naciones con una prometedora puesta en escena en su propio territorio, el Stade de France de París, donde había asistido tantas veces al hoy director de rugby en Toulon y entonces controvertido técnico de los Bleus, Bernard Laporte. Después de un paso por Perpignan, Brunel aceptó la oferta transalpina de meter a Italia entre los diez primeros del mundo y prepararla para superar la fase de grupos en el Mundial de 2015. De entrada, en el Seis Naciones evitó la quinta Cuchara de Madera consecutiva y se la endosó a los atribulados escoceses, que abrían así un año de perros.

Parecerán méritos menores, pero lo mejor de la producción Brunel vendría en noviembre, cuando Italia puso contra las cuerdas a Australia en una larga emboscada y resistió el tiempo que humanamente pueden resistir los equipos de segunda línea (o quizás más tiempo, en realidad) a los All Blacks. Perdió esos dos encuentros. Antes le ganó a Tonga: una victoria en la que le costó controlar la tramoya del encuentro, pero que acertó a asegurar. Brunel, sin dudarlo, lo consideró un valor plausible: Italia, vino a decir, tiene que saber ganar esos partidos contra esos rivales. Y es verdad. Dos semanas después, Tonga le pintaría la cara a Escocia en Aberdeen…

La convocatoria de Brunel para el 6N representa la continuidad del modelo sobre el que ha construido en los últimos doce meses. Están en su primera lista 27 de los 31 que conformaron la escuadra en noviembre. En algunos de los puestos críticos del equipo, Brunel no ofrece lugar a la duda. Así, repite con los cinco pilares de entonces: Andrea il Barone Lo Cicero, 37 años y a dos partidos de ser centenario con Italia. A su lado, el gran Castrogiovanni, un pilar monumental, y un valor emergente, Cittadini, para el lado derecho; con De Marchi y Rizzo en la izquierda. Brunel insiste con los talonadores: Ghiraldini, vicecapitán, y Giazzon. También los cuatro segundas son inamovibles: Furno, Geldenhuys, Minto y Pavanello. Sólo en la tercera aparece una novedad, el regreso de Paul Derbyshire (nacido en Cecina, Italia, de padre inglés y madre italiana), flanker de Treviso que no pisaba la selección desde el último partido de la Copa del Mundo 2011, contra Irlanda. En esa tropa de élite de los delanteros que es la tercera línea se integrarán algunos sospechosos habituales: Parisse, claro, Barbieri, Favaro (foto superior, frente a los All Blacks), Zani o Vosawai.

También la bisagra del equipo reafirma protagonistas: Gori y Botes son los medios de melé. Burton y Orquera, los dos aperturas. Más allá, hacia el horizonte de la trescuartos, aparecen Gonzalo Canale, de origen argentino, que juega en La Rochelle, en Francia; y Gonzalo García, nacido en Mendoza (Argentina), capitán del Zebre, equipo debutante en la Heineken Cup: son dos de las nuevas apariciones con respecto a otoño. García es otro que no había llamado Italia a filas desde aquella noche en Dunedin a la que aludimos arriba. Massi, McLean, Benvenuti, Canale, Iannone, Sgarbi y Venditi permanecen entre los tres cuartos. La ausencia de otro prócer italiano del rugby en la última década, el ala Mirco Bergamasco, le da entrada a la gran novedad del equipo: la rehabilitación de Paolo Buso, ala del Zebre, que sólo ha jugado en su vida 40 minutos: contra Gales, en el 6N de 2008.

Los partidos con los gigantes del sur reunieron un conjunto de motivos para el optimismo. Más allá de los marcadores, lo que ocurrió en los tramos intermedios habló de un equipo que está rebasando sus tópicos de los últimos años. La Italia de Brunel (foto de arriba, con uno de sus colaboradores) quiere ser más que un rival incómodo, que asegura una tarde de perros a la melé contraria, al mismo tiempo que escasa amenaza o creatividad en ataque. Tal vez lo haya anhelado antes, desde luego, pero de algún modo ahora parece en condiciones de lograrlo. Su defensa, más allá de las fases estáticas, convierte ahora a Italia en un equipo más tupido que la célebre barba de Fabio Ongaro. Pero también ha mejorado, y de forma notable, las soluciones ofensivas. Botes, de origen sudafricano, y Gori son dos medios arrojados. Y Orquera/Burton, gente con un talento que puede aflorar para que Italia levante el ritmo de juego. Además, particularmente Orquera tiene muchos puntos en el pie.

El francotirador es siempre un arma preferida en la guerrilla callejera: Italia precisa cobrar puntos siempre que le sea posible. Pero Brunel quiere mucho más que los arquetipos de la Nazionale: mucho más que una primera línea de grandotes malcarados que han convertido la entrada en la melé y la disputa de las fases cerradas en una tradición italiana; o los pateadores seriales que, como el milimétrico Diego Domínguez de antaño, convertían con el pie lo que el equipo no alcanzaba a hacer con la mano. Brunel quiere que su equipo sea mucho más que el inefable carácter de scrummager de un Martín Castrogiovanni o que la altiva clase de Sergio Parisse, sus dos jugadores más reconocibles. Lo que Brunel quiere, o ha dicho que quiere, provoca no pocos alzamientos de ceja: aspirar a ganar el Seis Naciones en un plazo de cinco años. Ese es el desafío del entrenador francés. Podrá sonar a baladronada, pero revela intención y cierta confianza. Además, Brunel no parece el tipo de entrenador que brinda cualquier mañana al sol.


http://blogs.as.com/mam_quiero_ser_pilier/2013/01/brunel-y-el-cruce-del-rubic%C3%B3n.html

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27 enero 2013

Por Mario Ornat

Seis Naciones - Francia: queso, foie y ¿champán?

Francia:

Capitán: Pascal Pape (Stade Français),

Entrenador: Philippe Saint-André (47 años),

Debutó: el 4 de febrero de 2012 frente a Italia (30-12),

Participaciones: 82

Títulos: 17 (8 compartidos),

Grand slams: 9

Cuchara de madera: 17

Plantilla:

Delanteros: Vincent Debaty (Clermont), Thomas Domingo (Clermont), Yannick Forestier (Castres), Benjamin Kayser (Clermont), Guilhem Guirado (Perpignan), Dimitri Szarzewski (Racing Metro), David Attoub (Stade Français), Luc Ducalcon (Racing Metro), Nicolas Mas (Perpignan), Yoann Maestri (Toulouse), Pascal Pape (Stade Français), Jocelino Suta (Toulon), Romain Taofifenua (Perpignan), Damien Chouly (Clermont), Thierry Dusautoir (Toulouse), Wenceslas Lauret (Biarritz), Yannick Nyanga (Toulouse), Fulgence Ouedraogo (Montpellier), Louis Picamoles (Toulouse),

Tres cuartos: Maxime Machenaud (Racing Metro), Morgan Parra (Clermont), Frederic Michalak (Toulon), François Trinh-Duc (Montpellier), Mathieu Bastareaud (Toulon), Jean-Marcellin Buttin (Clermont), Vincent Clerc (Toulouse), Brice Dulin (Castres), Benjamin Fall (Racing Metro), Gael Fickou (Toulouse), Wesley Fofana (Clermont), Florian Fritz (Toulouse), Yoann Huget (Toulouse), Maxime Mermoz (Toulon), Maxime Médard (Toulouse).

El equipo de Francia viene a ser como las viejas tiendas de ultramarinos: hay de todo y todo bueno. Ponga donde ponga uno la vista, la escuadra de Philippe Saint-André llena los ojos por calidad, potencia, experiencia y posibilidades de combinación, particularmente del número 9 hacia atrás. Que los franceses estén en condiciones de armar uno o más excelentes equipos no resulta ninguna novedad, desde luego; que manejen con solvencia sus posibilidades y rindan de acuerdo a la expectativa, ya es otra cosa. En el equipo hay sabores fuertes y delicados, pero la impresión desde la llegada de Philippe Saint-André al cargo ha comunicado una nítida impresión de solvencia. Es decir, que la tendencia va más a asegurarse un estómago lleno de victorias que a descorchar juego achampanado de burbujeantes y ligeras combinaciones. Desde que tomó el equipo, tras la ruidosa fusión del núcleo que vivió el equipo dirigido por Marc Lièvremont en el Mundial de 2011, Saint-André ha renovado su equipo y lo ha ido dotando de convicciones. No fue muy halagüeño su cuarto puesto en el Seis Naciones del año pasado, pero sí todo lo que ha ocurrido en noviembre, cuando inopinadamente Francia exhibió una rotunda seguridad para disponer consecutivamente de Argentina, Australia y el revoltoso equipo de Samoa, que pasó el otoño por Europa dando sustos y poniendo contrarios patas arriba.

Pascal Pape vuelve a capitanear al Gallo. Esa elección de continuidad revela la disposición de SaintAndré: por un lado protege a Thierry Dusautoir, uno de los flankers esenciales en el rugby internacional de la última dé cada. Titi regresa de una grave lesión de rodilla y Saint-André opta por no forzar al jugador, permitirle que se concentre en su completa rehabilitación, mientras reafirma la validez del camino y de los roles asumidos desde los tests de junio hasta ahora. Pape no posee la elegancia cristalina del número 7 francés. Es un segunda, es decir un silencioso obrero de la causa colectiva; también un capitán de apariencia calmosa. Pero de los que no rinden ni su cuerpo ni un metro de territorio sin interponer batalla.

Ningún francés lo hace, esa es una marca de fábrica. Su delantera no exhibe fisuras y tiene un corte muy galo, reunido por presencias contundentes de apariencia y fondo, gente del tipo de Domingo, Mas, Forestier, Guirado o Attoub, en una primera lí nea que funciona con la mecánica convicción de una roturadora. Tal vez del molde se salga el talonador Szarszewski, que ha renovado la descarnada brutalidad de estibador de las melés del fantástico Servat por un perfil de ribetes efébicos, con su melena rubia de joven Tadzio en Muerte en Venecia, y sus modelajes de ropa interior. De ahí hacia atrás, gigantes circunspectos como Pape o Maestri y sutiles merodeadores como Picamoles, Nyanga, Ouedraogo o el mismo Dusautoir...

Entre todos procuran una rotación de terceras y segundas verdaderamente poliédrica: hay para todos los gustos. Jocelino Suta no dejó en noviembre la impresión de poder comprometer a los dos titulares del salto en el alineamiento; y es en la segunda línea donde Saint-André introduce una de las dos llamativas novedades de su escuadra para el Seis Naciones: la de Romain Taofifenua, nacido en Mont de Marsan, jugador de USAP Perpignan, hermano e hijo de rugbiers. Debutó en junio contra Argentina y ahora obtiene una segunda llamada en la lista de 33, que Saint-André recortará llegado el torneo. La otra es Bastareaud (foto inferior, con la camiseta de Toulon), el centro de categórico perfil redondeado que prometió en su aparición en el quince del Gallo una larga permanencia y al que los excesos, verbales y físicos, abismaron en una baja forma de la que Saint-André lo considera liberado ahora. Desde 2010 no juega con los Bleus el ariete de Toulon.

La verdad, el cuarteto que Saint-André posee en el medio campo constituye en sí mismo una definición de todas las capacidades del equipo: Fritz y Mermoz han sido los titulares; Bastareaud vuelve ahora, con su efecto bola de cañón intacto; la sutileza reside en las manos y la estilizada figura del joven Fickou, valor emergente de Tolouse que ya fue llamado para los tests de noviembre, aunque una lesión de tobillo va a retrasar su incorporación al torneo; y aún hay que contar a Wesley Fofana, centro en Clermont Ferrand, pero ala en el entramado de Saint-André. Y sumar a Vincent Clerq o Huguet, finalizadores temibles por afuera. El compuesto Brice Dulin, sensacional desde que heredó la camiseta número 15 de Poitrenaud, quedó tocado esta semana y Saint-André ha recurrido a las patillas profusas de Médard como cobertura. Además, promociona a Bouttin, otro producto del rampante Clermont.

Como cualquier entrenador que asume un cargo, en un año Saint-André ha hecho elecciones y apuestas personales, recuperando jugadores, introduciendo otros y asentando a todos. Machenaud sumó su presencia a la indudable de Morgan Parra como medios de melé. La gran estrella del proyecto del nuevo seleccionador fue la vuelta de otro espíritu libre, el modelo fotográfico de aires brandonescos, el príncipe Michalak (foto superior), de vuelta en el Top 14 y ahora en los Bleus, después de un alimenticio episodio en el Hemisferio Sur. Con Michalak en el equipo, el aire del juego se adelgaza. Queda derogada aquella pesada tramoya de Lièvremont en la bisagra, cuando reunía a Yachvili y Parra como números nueve y diez. Parra vuelve a ser lo que es un medio de melé: el director canalla de una orquesta de bandidos. Y, más allá de estilos o fórmulas, su presencia puede intercambiarse con la de Machenaud sin que haya merma de calidad. Mientras, Michalak lleva el equipo acunado en sus manos y en los pies, aguarda el rehabilitado TrinhDuc, aquel apertura sumido en la depresión en el Mundial 2011.

Con potencia, calidad y experiencia, Saint-André ha logrado la alquimia de sumar todas las voluntades, opciones y caminos. Puede que ya no corra el espumoso, lo que siempre supondrá una pérdida, pero Francia puede fácilmente ser considerado, libra por libra, el mejor equipo del torneo.


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Seis Naciones - Irlanda: los soldados visten de verde

Irlanda:

Participaciones: 112

Títulos: 11 (8 compartidos)

Grand Slam: 2

Triple Corona: 10

Cuchara de madera: 36

Capitán: Jamie Heaslip (Leinster)

Entrenador: Declan Kidney (53 años).

Plantilla:

Tres cuartos: Isaac Boss (Leinster), , Darren Cave (Ulster), Gordon D’Arcy (Leinster), Keith Earls (Munster), Luke Fitzgerald (Leinster), Craig Gilroy (Ulster), Robbie Henshaw (Connacht), Paddy Jackson (Ulster), Rob Kearney (Leinster), Ian Madigan (Leinster), Paul Marshall (Ulster), Conor Murray (Munster), Fergus McFadden (Leinster), Dave McSharry (Connacht), Brian O’Driscoll (Leinster), Ronan O’Gara (Munster), Eoin Reddan (Leinster), Jonathan Sexton (Leinster), Andrew Trimble (Ulster), Simon Zebo (Munster).

Delanteros: Michael Bent (Leinster), Rory Best (Ulster), Tom Court (Ulster), Sean Cronin (Leinster), Declan Fitzpatrick (Ulster), Cian Healy (Leinster), Jamie Heaslip (Leinster), Ian Henderson (Ulster), Chris Henry (Ulster), David Kilcoyne (Munster), Mike McCarthy (Connacht), Kevin McLoughlin (Leinster), Sean O’Brien (Leinster), Donncha O’Callaghan (Munster), Peter O’Mahony (Munster), Mike Ross (Leinster), Donnacha Ryan (Munster), Mike Sherry (Munster), Lewis Stevenson (Ulster), Devin Toner (Leinster).

Irlanda acostumbra a comportarse como un equipo de inspiraciones jacobinas. Para empezar, en la Isla Esmeralda el rugby debió soportar, en su aparición a finales del siglo XIX, el etiquetado de deporte adoptado del imperio (el británico, ha de entenderse sin duda); y, por tanto, sospechoso de colonización socio-cultural frente a las autóctonas disciplinas gaélicas. Por suerte para todos, para cualquiera que aprecie este juego, Irlanda pronto abrazó la enfermedad de Ellis y hasta un prohombre de la nación como Éamonn de Valera, jugador de rugby en sus años juveniles, llegó a hacer aquella declaración tan encendida de honor patrio: “Si todos los hombres irlandeses jugaran al rugby, venceríamos a Inglaterra, a Escocia y a Gales… Y a los tres juntos si hiciera falta”. En términos del Seis Naciones, Irlanda ha hecho tal cosa diez veces: es decir, ganar la Triple Corona, vencer a los tres rivales británicos. Por separado, desde luego…

El espíritu irredento, vigoroso y arrojado del rugby irlandés viene a cuento para explicar a este equipo que hoy día dirige Declan Kidney. Hoy día y desde 2008, cuando este profesor de Matemáticas que empezó a adiestrar equipos de rugby en su colegio dejó a Munster, ya coronado de gloria europea, y se convirtió en entrenador del equipo nacional. Irlanda había llegado en 2006 al segundo puesto del ránking mundial con Eddie Sullivan a los mandos, pero la decepción enmarcó su actuación en el Mundial de 2007 y en el siguiente Seis Naciones cayó al cuarto puesto: el peor desde la expansión del año 2000.

Declan Kidney, con jugadores como Paddy Wallace, Donncha O’Callaghan y Brian O’Driscoll (foto superior), monumental centro de Leinster, ya había dirigido a la selección irlandesa sub-19 que fuera campeona del mundo. Su llegada al conjunto del Trébol tuvo un efecto inmediato: en su primer Seis Naciones al frente del equipo de élite, Irlanda ganó el Grand Slam (2009), un logro de proporciones gigantescas en un país en el que sólo han celebrado dos a lo largo de más de un siglo. Aquellos eran los días en que Munster dominaba el rugby europeo, abriendo un periodo de preeminencia irlandesa en las competiciones de clubes que después continuaría Leinster, el otro gran equipo provincial, y que ahora trata de prolongar Ulster. La mejor Irlanda de estos últimos años ha sido, de un modo muy visible, un precipitado de algunos de los tótems de esos equipos provinciales. Sobre todo de Munster.

Jugadores que han cincelado la memoria última del mejor rugby, con una delantera extraordinaria y un número 10 de época: hablamos de Ronan O’Gara, claro; pero también de una pléyade fastuosa integrada por Stringer, John Hayes, Flannery, Dennis Leamy, Marcus Horan, Tomas O’Leary o la legendaria pareja de segundas líneas que son O’Connell y O’Callaghan. Además, Leinster sumó a O’Driscoll y su inseparable Gordon D’Arcy en el medio campo; más tarde agregó la inteligencia y el pie de Jonathan Sexton a la línea de sucesión de O’Gara. Y refundó el paquete con gente como Cian Healy, O’Brien y Heaslip, con el zaguero Rob Kearney o con la última adición, el talonador de origen sudafricano Strauss, que a última hora ha sido relevado por otro número 2, Mike Sherry, de Munster… Todos, más O’Ryan, Rory Best o Tommie Bowe, han apuntalado el relevo progresivo en un equipo que venía de disfrutar de una generación tan extraordinaria que corría el peligro de precipitarse en el abismo del día después, cuando fueran desapareciendo del escenario los héroes de verde.

Pero en Irlanda juega otro factor: su carácter insurgente, peleador. Lo escenificó mejor que nada aquella imprevista victoria en el Mundial de 2011 contra Australia, en el cruce de su grupo, triunfo que sacudió el torneo de arriba abajo y que cambió el curso previsto de la competición. Al menos, el de los Wallabies, que siguen buscándose entre el bosque de lesiones de los últimos meses. ¿Qué explicó aquel episodio en Nueva Zelanda? Exactamente eso: que Irlanda es capaz de voltear cualquier pronóstico y de reformular todos los prejuicios. Aun sin el brillo de antaño, conserva un equipo mucho más que apreciable, al que cuesta derrotar. Y no sólo por su resistencia, encarnada en primeras líneas de aspecto incombustible como Rory Best, el emergente Kilcoyne o el recién llegado Strauss; o en terceras de primer orden: O’Brien, Heaslip, O’Mahoney, el lesionado Ferris… También por su calidad, que representa mejor que nadie el apertura Sexton, metrónomo con la mano y martillo con el pie.

Si no median imprevistos y a pesar de la competencia, Sexton ha adquirido la figura de primer candidato a dirigir a los British & Irish Lions en junio en Australia. A la vista de su estado de forma en los tests de noviembre, es seguramente el mejor apertura del Hemisferio Norte. En estas últimas semanas Sexton ha sacudido el rugby irlandés al anunciar que no renovará con Leinster: su destino es Francia. Se ha hablado de Racing Metro. El Top14 sigue tentando con sus sueldos imbatibles a los mejores del mundo. Sexton está entre ellos. Pese a la mediana depresión del anuncio, Irlanda ha tenido una buena noticia que festejar: el regreso de O’Driscoll, el hombre al que se conoce por un acrónimo de reminiscencias divinas: BOD. Y de su compañero en Leinster, Kearney. La cuestión irlandesa consiste en saber el estado en el que O’Driscoll, O’Brien y Kearney, ausencias principales en otoño, llegarán al Seis Naciones. Y en cómo afectarán las lesiones ahora del ala Bowe o del incomensurable jefe de la manada en esta última década: Paul O’Connell. Puede que este torneo sea, a los 33 años, el último gran servicio de O'Driscoll. Y que el colofón de su extraordinaria trayectoria como jugador internacional llegue en Australia, al frente de los Lions, en junio. Pero, cuando se trata de un jugador mayúsculo como éste, cualquier hipótesis puede quedar en papel mojado.

Una vez más, en cualquier caso, parece que hay relevos a punto, y dispuestos para saltar al escenario. O’Connell tiene el puesto cubierto desde la tremenda aparición de Donnacha Ryan (foto inferior), otro producto temible de la acerada factoría de Munster; un jugador que lidera con la presencia y el cuerpo. Mientras, la falta de Bowe supone la baja de un terminador magnífico, un anotador serial. Pero aún están Trimble, el energético Simon Zebo (al que Kidney usó en noviembre de zaguero por las bajas, pero que recubre su figura de peligro ofensivo en el ala con Munster) y, sobre todo, Craig Gilroy, un disparo de 21 años que partió por la mitad a Argentina en su revelación otoñal. Uno de esos velocistas que rebotan contra los placajes y que seccionan la defensa con carreras afiladísimas. Más Keith Earls, segundo centro muy convincente en noviembre pero disponible ahora, con BOD de vuelta, para rellenar el ala derecha. Declan Kidney ha reconocido que tiene muchas decisiones que tomar. Para su ventaja sabe, porque lo ha comprobado mil veces que, en Irlanda, donde no llega el juego alcanza el espíritu. Porque en este equipo cada jugador recuerda a un soldado.


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29 enero 2013

Por Mario Ornat

Seis Naciones - Inglaterra, una rosa siempre es una rosa

Inglaterra:

Capitán: Chris Robshaw (Harlequins).

Entrenador: Stuart Lancaster (43 años).

Debutó: el 4 de febrero de 2012 en Edimburgo, Escocia, 6 - Inglaterra, 13.

Participaciones: 112

Títulos: 26 (10 compartidos)

Grand Slams: 12

Triple Corona: 23

Cuchara de madera: 22

Plantilla:

Delanteros: Calum Clark (Northampton Saints), Alex Corbisiero (London Irish), Dan Cole (Leicester Tigers), Tom Croft (Leicester Tigers), Dylan Hartley (Northampton Saints), James Haskell (London Wasps), Tom Johnson (Exeter Chiefs), Joe Launchbury (London Wasps), Courtney Lawes (Northampton Saints), Joe Marler (Harlequins), Ben Morgan (Gloucester Rugby), Geoff Parling (Leicester Tigers), Chris Robshaw (Harlequins), Mako Vunipola (Saracens), Thomas Waldrom (Leicester Tigers), David Wilson (Bath Rugby), Tom Wood (Northampton Saints), Tom Youngs (Leicester Tigers).

Tres cuartos: Chris Ashton (Saracens), Brad Barritt (Saracens), Mike Brown (Harlequins), Freddie Burns (Gloucester Rugby), Danny Care (Harlequins), Lee Dickson (Northampton Saints), Owen Farrell (Saracens), Toby Flood (Leicester Tigers), Ben Foden (Northampton Saints), Alex Goode (Saracens), Jonathan Joseph (London Irish), David Strettle (Saracens), Manusamoa Tuilagi (Leicester Tigers), Billy Twelvetrees (Gloucester Rugby), Ben Youngs (Leicester Tigers).

Cualquier equipo capaz de vencer a los All Blacks de hoy merece de inmediato la proclamación de favorito. Es un rango defendido por los anales del juego y que podemos sintetizar así: sólo cinco selecciones han logrado, a lo largo de toda la historia del rugby, derrotar a Nueva Zelanda en un partido. Han sido Australia, desde luego; Sudáfrica, Francia, Gales en una ocasión y, claro, Inglaterra. La del pasado 1 de diciembre en Twickenham fue una de las más sonoras y rotundas derrotas neozelandesas todos los tiempos. Y vino a confirmar la descomunal potencia de desarrollo del equipo que maneja Stuart Lancaster.

Ahora, la cuestión sería ésta: ¿Cuál es la verdad de la Inglaterra de hoy? ¿El trivial equipo de noviembre, el de las opinables victorias con Fiji, el del juego prosaico, el del vuelo bajo con Sudáfrica, el de los jugadores imaginativos o más en forma sometidos a un corsé de méritos opinables y rugby contenido, el del capitán dubitativo frente a grandes decisiones contra Australia? ¿O ese otro severo en la delantera, hecho de oficio, mortal en el golpeo de sus centros, orgulloso para hacer retroceder a los All Blacks, el de la fiereza en las melés abier tas y las fases estáticas, el bull-dog orgulloso, el clínico con el pie, tácticamente dispuesto siempre a rebajar las virtudes contrarias, solvente y fiable?

Este Seis Naciones debe traer respuestas. Hay una cer teza: Lancaster está construyendo un equipo para el Mundial de 2015, que habrá de jugarse en suelo inglés. Y una duda: sabemos que Inglaterra puede ganarle a cualquier rival en el mundo; lo que no está tan claro es si puede mostrar todo su tamaño de manera regular, por ejemplo en un torneo a cinco partidos. El flemático gesto de Lancaster, como de distanciada tranquilidad, viene a cumplir uno de los arquetipos más reconocibles del englishman como categoría antropológica. Quienes lo señalaron para el cargo de forma interina en diciembre de 2011 en la Rugby Football Union inglesa tal vez apreciaron la relevancia de esa condición, después de lo que había pasado en el Mundial neozelandés de 2011. No sólo por el lúgubre rendimiento deportivo del equipo de Martin Johnson en aquella cita, sino por el extravagante espectáculo disciplinario de los seleccionados de la Rosa, coronado por las aventuras dipsomaníacas de un capitán emparentado con la realeza: Tindall acabó en la portada de los tabloides haciendo arrumacos a una plebeya de filiación ignorada, mientras él y otros conmilitones del equipo se dedicaban al alzamiento de licores y al lanzamiento de enanos.

Lancaster hizo tabla rasa y juntó para el Seis Naciones pasado al equipo más joven e inexper to que había tenido Inglaterra desde 1963. Sólo cuatro jugadores (Toby Flood, Dylan Hartley, Charlie Hodgson y Lee Mears), alcanzaban las 20 internacionalidades. En suma, una apuesta de futuro que habría de pulirse sobre la marcha desde ese momento y hasta el 2015. La cuestión es que en las barras de Twickenham, el estadio nacional, sirven cerveza, no paciencia. Lancaster agitó la mezcla con jugadores como el torrencial pero poco sutil Tuilagi, fuerza de choque en el centro; el inexper to capitán Robshaw en la tercera línea; el veloz finalizador circense que es Chris Ashton (conocido como Ash the Splash por sus estrambóticos piscinazos cuando ensaya); o el indescifrable Owen Farrell. Delante, gente fiable, dura, competitiva y feroz llegada la ocasión. En la bisagra, muchas dudas: Ben Youngs o Danny Care o Joe Simpson o Lee Dickson, sin que ninguno se imponga. Poca creatividad en el medio campo. Y un ritmo en muchas ocasiones previsible. Pese a todas esas enmiendas, Lancaster acabó el pasado Seis Naciones en la segunda plaza y repartió la sensación de que ahí había un equipo en emergencia. Tanto así que la RFU extendió cuatro años su contrato.

Un año después, Inglaterra se presenta en el torneo con todo tipo de consideraciones alrededor. Hay quien lo ve incapaz, hay quien lo ve favorito… condición que le otorga la cabellera cobrada a los All Blacks y un calendario con tres partidos en Twickers: frente a Escocia, Francia e Italia. Eso sí, habrá de pasar por Dublin y cerrará en Cardiff, lugares poco convenientes para jugarse la vida. En la escuadra de Lancaster han de sobresalir el nombre del segunda Joe Launchbury, un chico que debutó contra Sudáfrica en noviembre, titular y destacado frente a los All Blacks, y con una progresión tal colosal en los Wasps que ya es candidato aventajado a viajar a Australia con los Lions en junio; y el de Calum Clark, compañero de línea, jugador de los Nor thampton Saints que rindió un castigo de 32 semanas por romperle deliberadamente el codo, y admitirlo, a un rival en la Premiership inglesa. Lancaster opina que ha aprendido la lección y que ha llegado la hora de redimirlo.

En la primera línea habrá que ver cómo resuelve Lancaster la duda de la rodilla de Corbisiero. En todo caso si algo tiene Inglaterra delante es peso, oficio e impulso de riñones. Es un equipo alimentado por perros de la guerra subterránea como Matt Stevens, el mohicano Marler, Dan Cole o el joven Mako Vunipola. Y desde luego Hartley, otra de las cuestiones previas: saber si Lancaster reinstaurará al talonador en un puesto en el que Tom Youngs (centro reconver tido), se revistió de galones en noviembre. Detrás, gente dura como Robshaw, Morgan, Waldrom, Haskell, Johnson o Croft cierran la tercera. Si el rugby inglés de hoy fluctúa hacia el modelo metálico de los Saracens, resulta fácil intuir que Lancaster no hará filigranas en los puestos clave: Flood antes que Farrell o Burns, la imaginativa tercera vía; en los centros Barritt y Tuilagi, aunque Manu se ha dañado el tobillo, es baja en la Calcutta Cup del sábado y Lancaster ha de decidir entre el emergente Twelvetrees o meter a Farrell de primer centro. Uno apostaría por esta opción. Ashton ocupará un lado, salvo que el técnico haya tenido una visión trascendente y esté dispuesto a la herejía. Así que hay que resolver dos posiciones: el ala izquierdo y el zaguero. Vuelve en este torneo Foden, inteligentísimo al contraataque, solvente en todas las facetas; Alex Goode ha estado a un nivel creciente; y a Mike Brown, en buena forma, acostumbra Lancaster a desplazarlo al ala. Ahí también es candidato Strettle, especialista puro. Decisiones para un entrenador a menudo previsible como su equipo. Pero ojo… todos crecieron de forma exponencial contra los All Blacks. Ahora hay que discernir si tan tremenda victoria fue el principio del despegue o si se debió a un día de furia... La ratificación de algo que nunca debe perderse de vista: que una Rosa siempre es una Rosa. Sobre todo en el pecho.


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30 enero 2013

Por Mario Ornat

Seis Naciones - Gales, un dragón oculto por debajo del radar

Gales:

Capitán: Sam Warburton (Cardiff Blues)

Entrenador: Rob Howley (42 años).

Debutó: Como interino el 10 de noviembre frente a Argentina (12-26)

Participaciones: 112

Títulos: 25 (11 compartidos)

Grand Slam: 11

Triple Corona: 20

Cuchara de madera: 22

Plantilla:

Tres cuartos: Tavis Knoyle (Scarlets), Mike Phillips (Bayonne), Lloyd Williams (Blues), Dan Biggar (Ospreys), James Hook (Perpignan), Jonathan Davies (Scarlets), Jamie Roberts (Blues), Scott Williams (Scarlets) Alex Cuthbert (Blues), George North (Scarlets), Eli Walker (Ospreys), Leigh Halfpenny (Blues), Liam Williams (Scarlets), Lee Byrne (Clermont).

Delanteros: Scott Andrews (Blues), Craig Mitchell (Exeter Chiefs), Adam Jones (Ospreys) Paul James (Bath), Gethin Jenkins (Toulon), Ryan Bevington (Ospreys), Richard Hibbard (Ospreys), Ken Owens (Scarlets), Matthew Rees (Scarlets), Ryan Jones (Ospreys) Lou Reed (Blues), Ian Evans (Ospreys), James King (Ospreys), Andrew Coombs (Dragons), Josh Turnbull (Scarlets), Josh Navidi (Blues), Aaron Shingler (Scarlets), Justin Tipuric (Ospreys), Sam Warburton (Scarlets), Toby Faletau (Dragons), Andries Pretorius (Blues), Olly Kohn (Harlequins).

En ningún otro país del Hemisferio Norte el rugby posee el carácter distintivo que tiene en País de Gales. Sólo Nueva Zelanda, al otro lado casi exacto del mundo, considera este deporte en los términos en que lo hace Gales: como un rasgo más, tal vez uno de los principales, de la identidad nacional. Al margen de las expresiones sentimentales que tal percepción inocula en su afición, la consecuencia no siempre domesticable de esa forma de entender el rugby es una tremenda magnificación de la realidad. Es decir: la pasión desatada puede incurrir en exagerado tremendismo el día que las cosas no van bien. Ese día, ahora, dura casi un año. Desde que Gales sumó en marzo pasado el Grand Slam, la victoria sobre cada uno de sus rivales en el último Seis Naciones, todo se ha torcido para el equipo de Warren Gatland. Como decía aquella canción: noviembre desovó un monstruo. Los tests de otoño, que revelaron una crisis de profundidad desconocida…

Para entender la magnitud de la caída, hay que retirar la vista hacia el ascenso. Las expectativas siempre aparecen altas alrededor de un equipo que, como Gales, ha construido buena parte de la memoria del rugby europeo desde los años setenta. Su equipo de esa década todavía permanece como canon insuperado de las posibilidades últimas del juego. Entre 1965 y 1979, Gales ganó nueve veces el torneo y tres Grand Slams. Sus últimas tres victorias (2005, 2008 y 2012) fueron también con esa misma gloria que subraya a los equipos en la memoria del torneo. Sólo Inglaterra (12) tiene más Grand Slams que Gales (11). Ahora vayamos a 2011: en la Copa del Mundo de Nueva Zelanda, el equipo de Warren Gatland construyó con su trayectoria la impresión de que sería el único contendiente posible para los All Blacks en busca de la gloria última: tenía de todo… dureza delante, experiencia en el paquete, calidad sin cuenta en cada mano del nueve hacia atrás y, sobre todo, un tamaño descomunal.

Con George North y Cuthbert en las alas, más Scott Williams, Jonathan Davies y el impresionante Jamie Roberts en el medio campo, Gales era un equipo temible por una presencia física inhabitual en los equipos del Hemisferio Nor te. Esa gente podía competir en los puntos de encuentro, donde reside el meollo del rugby de hoy, con quien se pusiera por delante. Un exceso frenó la crecida. En su camino hacia la final se cruzaron Francia y una tarjeta roja por placaje peligroso: fue a Warburton, el tercera línea, capitán y pináculo de un joven equipo que quería dominar el mundo. Gales se quedó en el camino. Ahí, en esa jugada, murió la hipótesis de un equipo capaz de combatir al Sur en su territorio. El Grand Slam del Seis Naciones 2012 llegó en la inercia de aquel progreso. Después, más dura ha sido la caída: nadie acertó a ver lo que venía en noviembre, en los pasados internacionales de otoño.

La derrota de inicio con Argentina (foto superior) dejó en estado de shock al Millennium. A continuación los All Blacks arrasaron el orgulloso estadio nacional de Cardiff. Y, después, Samoa completó el desastre. Gales ni siquiera pudo salvar la cara contra una demediada Australia, en el último partido. A tal punto llegó el hundimiento que Rob Howley, encargado de dirigir al Dragón en ausencia de Gatland, se ha visto obligado ahora a diseñar un equipo marcado por aquellas fatalidades, unas cuantas lesiones principales y la necesidad de reactivar al grupo. La estrategia de salida también se ha visto afectada: de pronto, el vigente campeón del torneo adopta una postura de secundario y alimenta el factor sorpresa. “Algunas de las incorporaciones que hemos hecho nos permiten movernos por debajo del radar”, dijo de manera muy gráfica Howley.

Se refería a los nuevos jugadores llamados al equipo para este 6N: Eli Walker, ala volador de Ospreys; el tercera Andries Pretorius, cuyo nombre no puede engañar a nadie: capitán de los Cardiff Blues, Pretorius es nacido en Sudáfrica y ha calificado hace poco por residencia para jugar con Gales; Josh Navidi, otro tercera, juega en su mismo equipo; por último, las ausencias notabilísimas en la segunda línea galesa introducen a James King y Andrew Coombs, que fue capitán del equipo sub-20 de Gales. Y, a última hora, el Harlequin Olly Kohn, seleccionable por ser nieto de un galés. Tan sorprendido que calificó su llamada de "surrealista". Además de todos los problemas intangibles que ha sufrido el XV del Dragón, mensurables en la brusca parada de su rugby, la nómina de lesiones alcanza para construir la base de un magnífico XV hospitalario. Los primeras Aaron Jarvis y Huw Bennett; los segundas Alun Wynn Jones, Luke Charteris, Bradley Davies (foto sobre estas líneas) y el flanker Dan Lydiate (uno de los protagonistas de la tercera) están lesionados.

Además, el flanker Ryan Jones empieza siendo duda por la lesión sufrida en un dedo con los Ospreys. Lo mismo que el segunda Ian Evans, con problemas en la rodilla. Evans protagonizó en los últimos internacionales de junio uno de esos episodios que le encantan a la prensa canalla... y a los canallas de la prensa: cuando programó su gran boda griega con su novia Angharad en la adorable isla de Santorini, Evans no podía calcular que un año más tarde, por esas mismas fechas, integraría la lista de Gales para jugar los tests de junio en Australia. Así que tuvo que decir dos veces "sí, quiero": una a la chica y otra a Warren Gatland, un hombre que, como las damas de blanco, no acepta un no por respuesta. Así que Evans se casó y se jugó media vida cuando le dijo a Angharad que debían suspender su luna de miel. Y así Gales incorporó a su honey-mooner en las Antípodas, mientras la novia regresaba al otro lado del Planeta, casada y compuesta. En fin... que más allá de la crónica rosa todos esos problemas tocan directamente a la sala de máquinas del equipo de Howley. Por suerte para todos, salvo sus rivales, ha regresado al escenario el oso Adam Jones, uno de los rostros del torneo y de este equipo en los últimos años; y el flanker Justin Tipuric (de abuelo croata, pero nacido en Neath e internacional con Gales desde las inferiores) hace crecer la consideración a su alrededor con cada puesta en escena como tercera abierto. Atrás, faltará el gestor del juego: el número 10 Rhys Priestland, que tal vez encarna mejor que nadie el extravío que ha sufrido el equipo en los últimos meses, la imprevista confusión en que ha entrado Gales. El joven Dan Biggar (23 años) y el baqueteado pero opinable James Hook (27) se disputarán el número 10, la camiseta en la que suele residir la idea de juego.

Y si hay que hablar de un regreso es el del zaguero Lee Byrne (sobre estas líneas), que lleva meses rondando en Clermont el umbral de sus mejores días, los que no hace tanto años lo señalaron como uno de los 15 de referencia en el mundo. Su reentrada lo pone en competencia con Halfpenny, adaptado al puesto de full-back, y multiplica las opciones estratégicas de Howley en el llamado back-three, los tres del fondo. Pocos equipos en el mundo pueden exhibir ahí una combinación de la estatura de George North (del que se temió una lesión grave en el cuello hace pocos días), Cuthbert, Halfpenny y Byrne. Más el scarlett Liam Williams, con su aire mezclado de JPR y JJ, dos Williams imborrables de los setenta. El canon al que siempre aspira el Dragón.


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País de Gales pone en juego su título en un nuevo Torneo VI Naciones

El primer descarte y la emotiva Calcuta Cup para abrir boca
Francia e Inglaterra son los principales candidatos a tomar el relevo de los 'dragones'
Sólo dos debutantes entre los seis seleccionadores y tres capitanes nuevos
Se acabaron los partidos de los viernes y el Torneo se cerrará el sábado 16 de marzo
Pape, Robshaw, Warburton, Heaslip, Parisse y Brown, los seis capitanes / REUTERS

Gregorio García 01/02/13

Llegó el gran momento, ese que todos los buenos aficionados al deporte del oval esperan un año sí y otro también. Un nuevo Torneo VI Naciones arranca este fin de semana y aunque es País de Gales quien pone en juego el título brillantemente conquistado el año pasado, Grand Slam incluido, parece que son Francia e Inglaterra los principales candidatos a tomar el relevo de los 'dragones'.

Pero las opciones de unos y otros, mucho mejor que yo, ya lo ha explicado José Ignacio Benito tanto en su análisis de los tres favoritos, como en el repaso a los otros tres participantes, porque más que candidatos eso es lo que son, salvo quizás el caso irlandés.

El galo Pascal Pape, el irlandés Jamie Heaslip y el escocés Kelly Brown estrenan capitanía
En la presente edición, en la que al igual que el año pasado y a diferencia de las tres anteriores no habrá partidos en viernes, jugándose cada jornada entre sábado y domingo, a excepción de la última, que se disputará íntegra el sábado 16 de marzo, nos encontramos con dos novedades en los banquillos, ya que Rob Howley estará, aunque de forma interina al frente de Gales, y el australiano Scott Johnson, también temporalmente, ha tomado el relevo del dimitido Andy Robinson. Por su parte, Declan Kidney es el 'veterano' del grupo, pues afrontará su quinto VI Naciones consecutivo al frente de Irlanda, mientras que tanto Jacques Brunel como Philippe Saint-André y Stuart Lancaster vivirán su segundo torneo dirigiendo a Italia, Francia e Inglaterra, respectivamente.

En el capítulo de capitanes, mitad y mitad, ya que mientras Sam Warburton seguirá liderando desde el terreno de juego a los 'dragones rojos', Chris Robshaw al 'XV de la Rosa' y Sergio Parisse a la escuadra transalpina, el galo Pascal Pape, el irlandés Jamie Heaslip y el escocés Kelly Brown estrenará galones en este torneo.

Una intensa jornada inaugural
La primera jornada tendrá su punto de partida este sábado 2 de febrero con el choque entre el defensor del título, País de Gales, e Irlanda (14:30 horas), tendrá su continuidad con la emotiva Calcuta Cup entre Inglaterra y Escocia (17:00 h.) y concluirá este domingo con la Copa Garibaldi entre Italia y Francia (16:00 horas). Es decir, los mismos enfrentamientos de la primera entrega del año pasado, pero en campo contrario y con las cámaras de C+ Deportes en directo un año más.

Chris Robshaw y Kelly Brown
Del partido inaugural entre galeses e irlandeses saldrá el primer descartado para el Grand Slam y, quizás, para pelear por el título. Partido de difícil pronóstico vistos tanto los últimos precedentes entre ellos, victorias galesas en los dos últimos años tras dos triunfos irlandeses en los anteriores, como sus últimos resultados en los 'test match' tanto de junio como de noviembre, en el que los resultados negativos fueron una constante, especialmente en el caso de los 'dragones'. Además, las bajas son significativas en ambas escuadras.

A continuación una Calcuta Cup en Londres a la que el 'XV de la Rosa' llega con todo a favor, tanto por su última y despampanante victoria ante los 'All Blacks' en Twickenham en el último partido de 2012, como por la transición que está viviendo Escocia tras la dimisión de Andy Robinson y la llegada de Scott Johnson a su banquillo. Además, en los últimos cuatro años lo más que ha conseguido el 'XV del Cardo' ante su archienemigo inglés fue el empate de 2010 en Murrayfield, mientras que en la capital inglesa no logran vencer desde un muy lejano 1983, es decir, hace exactamente ... ¡ 30 años ! Que se dice pronto

Por último, Francia se presenta por primera vez en el Olímpico de Roma todavía con el recuerdo vivo de su última visita a la capital italiana, cuando cayó derrotada por primera vez ante la escuadra transalpina en el marco del Torneo VI Naciones y en el último partido del Flaminio Stadio antes de su remodelación.


http://www.marca.com/2013/02/01/mas_deportes/rugby/1359740530.html

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'EL ANÁLISIS DEL EXPERTO'

Irlanda, Italia y Escocia también tienen su cuota de protagonismo
Una Irlanda que peleará en el partido inaugural por meterse en las quinielas al título y los dos 'condenados' un año más a eludir la Cuchara de Madera completan el gran Torneo de Rugby del Hemisferio Norte que vuelve a escena este fin de semana

Por José Ignacio Benito 31/01/13

Gales, Inglaterra y Francia, 'primus inter pares'

Tras analizar a los tres favoritos a llevarse el título en la presente edición del VI Naciones -ver enlace superior si todavía no lo has leído- vamos con el estudio de los otros tres países, es decir, una Irlanda que disputará el partido inaugural del Torneo en el Millennium Stadium de Cardiff y que en función de ese resultado podría entrar en las 'quinielas' al título y los dos 'condenados' un año más a pelear por eludir la Cuchara de Madera.

IRLANDA ..... 'La vida de Brian'
Me resisto a ser pesimista con este equipo, el único junto con Escocia que cuenta con una legión de seguidores irreductibles en su ánimo, totalmente identificados con sus colores y con su rugby, honesto, sincero y muy consciente siempre de cuál es su límite y de sus posibilidades reales en los torneos frente a adversarios mucho más potentes. Quiero ver el vaso medio lleno con Irlanda, atrás han quedado años buenísimos, culminados con aquel Grand Slam del 2009 con la mejor generación de jugadores que los de nuestra edad hemos visto y, tras no brillar en exceso en el pasado VI Naciones, recibir un durísimo 60-0 en junio, que ocultó el 22-19 del segundo test. Hablábamos de reacción por parte de Irlanda en la previa de los test de noviembre, gente nueva, muchos jugadores de Ulster, mayoría de edad de Sexton y muchas ganas de agradar y encontrar su sitio en el rugby actual.

Brian O'Driscoll
La materia prima que tiene es la que es y se tiene que apañar con ello, con lo que le ocurre como a Gales, que nota mucho determinadas ausencias y que para funcionar bien nada le puede fallar. A su favor tiene que va a jugar sin presión de ganar, no es favorito y eso puede venirle bien, el calendario es el propicio para ganar al recibir a los grandes en casa, pero para eso va a tener que esperar y construir un equipo como aquel del 2009. Hay mimbres y tiempo para ello, Leinster no deja de ser un buen equipo pese a quedar eliminado en la Heineken Cup, Munster crece reinventándose fiel a sí mismo y seguramente Ulster sea el más fuerte hoy en día.

Quiero ver el lado positivo de las cosas, pero sinceramente no tengo buenas sensaciones, Irlanda ha reaccionado bien convocando lo mejor que tiene, pero parece atascado en su juego, muy plano y con falta de fuerza en la delantera. Los antecedentes de noviembre, si buenos en resultados, no lo fueron en el juego desarrollado. Le ví en directo contra Sudáfrica, fuerte en la primera parte, desapareció en la segunda, sin ninguna posibilidad de ensayo ni golpe, ni entró en 22 contraria ante unos 'Springboks' muy normalitos a los que les bastó poner los kilos por delante para ganar, aprovechándose de la expulsión del nuevo capitan Heaslip. El 53-0 frente a Fiji no se puede valorar, pero sí el 42-24 ante Argentina. Victoria justa, como todas en el rugby, pero yo vi exhaustos física y psicológicamente a los 'Pumas' tras su agotador verano competitivo y su paso por Europa.

Los que queremos a Irlanda por muchos motivos, por Munster yo, debemos hacer nuestra la canción de los crucificados en esa maravillosa película y verlo así.

ITALIA ..... 'Vacaciones en Roma'
Al acabar la pasada edición, concluía que Italia había tocado techo en su juego y que no podía ir más allá de ganar un partido. Eso fue lo que vimos en el terreno de juego y nos sorprendíamos ante la afirmación de Brunel, que sostenía que Italia estaría peleando por el Torneo en cinco años. No le dimos mucha credibilidad, no vimos grandes cambios, un equipo muy aguerrido, con mucho oficio, que obligaba al resto a poner lo mejor, pero que terminaba perdiendo en el tramo final, con muchos fallos en el pateo, mucha diferencia titulares-suplentes y entre delantera y tres cuartos, en definitiva, un equipo con una limitación que parecía infranqueable.

Andrea Lo Cicero
Todo esto parece haber quedado atrás tras los test de noviembre, pues otra Italia, muy distinta a la tradicional, ha aparecido en escena, más rápida, con más juego a la mano, con más presencia de los centros y alas en su ataque y una muy buena dirección de juego. Cumplió sobradamente contra los 'All Blacks', muy notable pese a la derrota, con mucho poderío y galones frente a Tonga y demostrando mucho carácter al no perderle la cara a Australia y estar muy cerca de la remontada.

Este equipo ha cambiado si nos fiamos de los 'test', afronta con mucha moral y confianza este torneo, pues con tres partidos en casa, todo es posible y en las trece ediciones que ha jugado, sólo le falta ganar a Irlanda e Inglaterra.

En cuanto a jugadores, siempre destaca la primera línea, con toda una camada de jóvenes primeras, fuertes, rápidos, con muchas horas de gimnasio y buena alimentación, pero ninguno le quita el puesto a un jugador diez años más viejo que todos ellos. Hablamos, ¡cómo no!, del que siempre destaco, Don Andrea LoCicero, pues es muy reconfortante para los que tenemos ya los 40 ver a uno de los nuestros demostrar que todavía estamos ahí. Al margen de esto, Gori, Bothes, Burton y Orquera parecen haber cogido el estilo que Brunel quiere e incorporan lo clásico de Italia: muy buen trabajo de 'melé' y dominio del juego cerrado para poner el ritmo que le interesa, conseguir muchos golpes y, como buen equipo italiano, no regalar nada y llevar al rival a su terreno para desquiciarle y no dejarle jugar... hacerle un partido muy incómodo, sin ritmo, y cuando se quiera dar cuenta, ya habrá caído en la trampa italiana.

ESCOCIA ..... 'El mito de Sísifo'
En la pasada edición del VI Naciones ya aludíamos a Sísifo y su condena para hacer un símil con lo que le ocurre a Escocia: trabaja bien los partidos, gana sus fases de conquista, avanza, gana terreno, todo el equipo aporta ya al grupo y no sólo la delantera aglutina el ataque. Igual que Sísifo, empieza bien y con ganas a empujar la piedra, la lleva como debe por la montaña hasta que llega casi a la cima, casi hasta la línea de ensayo… y vuelta a empezar. Es su destino, parece que no hay forma de cambiarlo.

En un gesto totalmente desconocido en España, un hombre asume su total responsabilidad en algo que es de su competencia, en los resultados y rendimiento del equipo que él dirige, y presenta la dimisión, pues considera que el equipo da para mucho más, pero por alguna razón él no sabe o no puede sacar del grupo lo que se espera y como máximo responsable que es, así lo asume. Siempre que he escrito de mi equipo he destacado el trabajo del Señor Robinson. Escocia es otra distinta que la que dejó Frank Hayden, ha cambiado al equipo por completo, ya está adaptado a la velocidad que exige el rugby de este siglo, ya no es previsible en ataque y sus tres cuartos participan del juego tanto como la delantera, sabemos atacar, pero es llegar cerca del ensayo y se acaban las ideas, ni por delantera ni por la línea, no hay forma.

El mito de Sísifo
En la pasada edición, sólo tres ensayos pese a hacer buenos partidos. A Inglaterra le dominamos en todo momento, pero el fallo de Parks nos mató; contra Gales se aprovecharon de la inferioridad y jugamos hasta bien; contra Irlanda, sólo un tiempo y a Italia ya fuimos derrotados, sin ánimo tras tampoco jugar mal contra Francia y perder en dos 'zarpazos' de los galos. Junio fue sorprendente, increíble, tres victorias seguidas, una a lo tradicional contra Australia bajo el diluvio y dos de turismo, hasta que llega noviembre y todo indica que haremos grandes test, incluso yo escribí que veía dos victorias, pero fue un desastre y Robinson lo asumió como propio y lo dejó. Creo que ha sido profesional hasta el final, pero le ha pasado como cuando entrenó a Inglaterra: los resultados han determinado su final. Yo le doy las gracias y lo veo hasta positivo, pues ha construido la idea correcta para un rugby tan tradicional y arraigado a los recuerdos como el nuestro, con la vista puesta en la adaptación al actual, muy distinto al genéticamente escocés.

Hay entrenadores que cogen un equipo acabado y lo levantan, de la nada crean un conjunto con cuatro cosas muy claras y funciona bien, pero llega un momento en el que no son capaces de llevarle más allá de donde lo tienen, no le suben ese peldaño necesario para competir de verdad. Quizás Robinson sea de esos que hacen un equipo de las cenizas y lo llevan arriba, pero no saben subirlo más, tienen un tope que no pasan y es cuando entra en acción un entrenador que quizás no sea capaz de construir un grupo, no es entrenador bregador, pero que si le dan el equipo hecho, él si lo puede llevar más allá. Espero que el australiano Scott Johnson sea de esos, que tenga esa categoría, si no será más de lo mismo, empujaremos la piedra con toda dignidad y se nos caerá justo cuando lleguemos a la cima.

Más que resultados, espero un cambio en el equipo, espero que recojamos lo sembrado por Robinson y remontemos esta situación, pero lo cierto es que una gran victoria nos demostraría que todavía somos alguien en el Rugby y que jamás perderemos esa esencia a lo antiguo que tanto gusta. Ganar en Londres el primer partido lo pensamos todos, nuestra fe en el equipo es tal que creemos en la victoria aun en las peores condiciones, eso nadie nos lo puede quitar, pero la realidad de un conjunto que cambia de entrenador es ir poco a poco trabajando. Irlanda, Italia y País de Gales en Murrayfield son los rivales para probarnos a nosotros mismos donde podemos llegar.

El mito de Sísifo viene a decir que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza, empujar la piedra hasta arriba para nada, para que caiga, pero es la forma de poder llegar a la cima y dejar allí la piedra, Escocia trabaja bien, el camino es el adecuado, en algún momento podremos tirarla por el otro lado.


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resultados semana 1:

gales 22 - 30 irlanda

inglaterra 38 - 18 escocia

italia 23 - 18 francia

clasificación semana 1:

posición equipo jugados ganados empatados perdidos a favor en contra diferencia puntos
1 inglaterra 1 1 0 0 38 18 +20 2
2 irlanda 1 1 0 0 30 22 +8 2
3 italia 1 1 0 0 23 18 +5 2
4 francia 1 0 0 1 18 23 -5 0
5 gales 1 0 0 1 22 30 -8 0
6 escocia 1 0 0 1 18 38 -20 0

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VI Naciones'2013: País de Gales 22 - 30 Irlanda

El 'XV del Trébol' sorprende al campeón en su templo de Cardiff
Los ensayos de Zebo, Healy y O'Driscoll y los quince puntos de patada de un infalible Sexton fueron suficientes para doblegar a una Gales que se mostró muy errática

Gregorio García 02/02/13

Torneo VI Naciones 2013
1ª jornada
País de Gales 22 - Irlanda 30

Ficha técnica
22 - País de Gales:
Halfpenny - Cuthbert, J. Davies, Roberts, North - (ap.) Biggar (Hook 73), (m.m.) Phillips (L. Williams 63) - Warburton, Faletau, Shingler (Tipuric 45) - Evans (Kohn 73), Coombs - A. Jones (Mitchell 73), Rees (Owens 14 a 22 y 51) y Jenkins (James 39).

30 - Irlanda:
Kearney - Gilroy, O'Driscoll, D'Arcy (Earls 45), Zebo (Reddan 79) - (ap.) Sexton, (m.m.) Murray - O'Brien, Heaslip, O'Mahony (Henry 51) - Ryan, McCarthy (Kilcoyne 74) - Ross (Fitzpatrick 69), R. Best y Healy (O'Callaghan 74).

Marcador:
Gales: 3 ensayos (Cuthbert 48', Halfpenny 59' y Mitchell 75'), 2 transformaciones (Halfpenny 48' y 75') y 1 golpe de castigo (Halfpenny 34').

Irlanda: 3 ensayos (Zebo 11', Healy 24' y O'Driscoll 43'), 3 transformaciones (Sexton) y 3 golpes (Sexton 21', 29' y 40').

Árbitro: Romain Poite (Francia). Excluyó a los irlandeses R. Best (58') y Murray (70').
Incidencias: Partido inaugural del Torneo VI Naciones disputado en un lleno Millenium Stadium de Cardiff.

Irlanda ha dado la primera sorpresa del Torneo, una sorpresa relativa eso sí, al conseguir la victoria en el partido inaugural del VI Naciones al imponerse al vigente campeón, País de Gales, por 22-30 en el Millenium Stadium de Cardiff.

Los 'dragones rojos', de este modo, ya no podrá revalidar el Gran Slam que consquistaron el año pasado de forma brillante, mientras que el 'XV del Trébol' da un paso al frente y refuerza su moral de cara a intentar romper los pronósticos y pelear por el título en un año en el que recibirá a Inglaterra y Francia en Dublín.

Los ensayos de Simon Zebo, Cian Healy y Brian O'Driscoll y los quince puntos de patada de un infalible Jonathan Sexton, que pasó entre palos los cinco lanzamientos intentados, salvo un intento de 'drop' cuando su equipo estaba en ventaja y que acabó en un nuevo golpe, fueron suficientes para doblegar a una Gales que se mostró muy errática en su juego y muy fallona y que no reaccionó hasta mediado el segundo tiempo, cuando con casi todo perdido llegaron los ensayos de Alex Cuthbert, Leigh Halfpenny y el postrero de Craig Mitchell, más fruto del orgullo del campeón que del buen juego, mientras que el zaguero galés sólo pudo aportar dos conversiones y un golpe para el 22-30 final.

Rodillo 'verde' antes del descanso
El triunfo irlandés se fraguó en una soberbia primera parte, en la que el parcial de 23-3 conseguido por los irlandeses encarriló una victoria que se cerraba nada más volver al terreno de juego tras el paso por vestuarios con el ensayo de O'Driscoll, que acabó siendo elegido el 'Man of the Match' y que cerraba el marcador de los 'verdes' que ya no volvieron a anotar un solo punto. Ni alta que les hizo

Mención aparte para Simon Zebo, ya que el ala de Munster no sólo abrió el camino del triunfo con el primer ensayo, sino que se marcó un curioso pero efectivo taconazo, más propio del fútbol, en la consecución del segundo. El hecho de que fuera un jugador de la línea de tres cuartos y un delantero los primeros que cruzaran la línea de marca de los galeses, da idea de cómo el 'XV del Trébol' dominó todas las fases del juego, tanto el abierto como el cerrado, mientras el partido estaba vivo.

A pesar de la mencionada reacción galesa en el segundo tiempo, Irlanda no llegó a temer por el resultado a pesar de sufrir sendas exclusiones en la última media hora de partido. Primero de su talonador Best, uno de los más destacados del duelo, y posteriormente de su medio melé Williams, cuya posición tuvo que ocupar O'Driscoll en los últimos diez minutos.

Y es que los 'Irish' volvieron a tirar de su gran defensa en la recta final que icnluso frustró un ensayo de Faletau, que casi llegó a apoyar el oval sobre la protección de uno de los palos. Además, Gales siguió evidenciando su falta de confianza y continuó enlazando fallos en su juego a la mano.


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VI Naciones'2013: Inglaterra 38 - 18 Escocia

La 'Rosa' conquista una nueva Calcuta Cup con cierta facilidad
Los 18 puntos de Owen Farrell, que sólo falló uno de los ocho lanzamientos a palos que intentó, y los ensayos de Ashton, Twelvetrees, Parling y Care le bastaron a Inglaterra

Gregorio García 02/02/13

Torneo VI Naciones 2013
1ª jornada
Inglaterra 38 - Escocia 18

Ficha técnica:
38 - Inglaterra: Goode (Strettle 67) - Ashton, Barritt, Twelvetrees (Flood 67), Brown - (ap.) Farrell, (m.m.) B. Youngs (Care 67) - Robshaw (cap), Morgan (Haskell 45), Wood - Parling, Launchbury (Lawes 64) - Cole (Wilson 73), T. Youngs (Hartley 53) y Marler (Vunipola 57).

18 - Escocia: Hogg (Evans 78) - Maitland, Lamont, Scott, Visser - (ap.) Jackson, (m.m.) Laidlaw (Pyrgos 73) - Brown (cap), Beattie, Strokosch (Denton 13) - Hamilton (Kellock 55), Gray - Murray, Hall (Ford 47) y Grant.

Marcador:
Inglaterra: 4 ensayos (Ashton 30', Twelvetrees 42', Parling 53' y Care 80'), 3 transformaciones (Farrell 30', 42' y 80') y 4 golpes de castigo (Farrell 2', 13', 18' y 37').

Escocia: 2 ensayos (Maitland 10' y Hogg 70'), 1 transformación (Laidlaw 70') y 2 golpes (Laidlaw 19' y 39').

Árbitro: Alain Rolland (Irlanda). Sin exclusiones..
Incidencias: Partido de la primera jornada del Torneo VI Naciones disputado en Twickenham (Londres) ante 81.347 espectadores..

Con cierta comodidad, un total de cuatro ensayos, tres de ellos en el segundo tiempo, y la gran dirección de Owen Farrell, la selección de Inglaterra se ha impuesto por 38-18 a Escocia en la primera jornada del Torneo VI Naciones y de este modo retiene la Calcuta Cup, la cual conquista por tercer año consecutivo.

Los 18 puntos del apertura inglés, que a lo largo del encuentro sólo falló uno de los ocho lanzamientos a palos que intentó, al margen de mantener un altísimo nivel en la dirección de juego de su equipo, coronado con un excepcional pase de lado a lado del campo con una patada tensa para el tercer ensayo de los suyos, mantuvieron en ventaja en el marcador al 'XV de la Rosa', especialmente en un primer tiempo en el que los visitantes plantaron cara e incluso llegaron a ponerse en ventaja tras el ensayo del debutante Sean Maitland, sin duda uno de los pocos, junto al zaguero Stuart Hogg y quizás el medio melé Greig Laidlaw, que se salvaron de la quema por parte escocesa.

Pero los cuatro golpes de Farrell, castigando sin piedad cada infracción de la defensa escocesa, y la conversión del ensayo de Ashton cerraron el primer tiempo con ligera ventaja para Inglaterra tras los dos golpes de Laidlaw que apretaban el marcador hasta el 19-11. Mencionar la temprana lesión del 'flanker' alasair Strokosch que apenas pudo estar trece minutos en el campo y que fue sustituido por David Denton, el jugador nacido en Zimbabwe.

Partido resuelto tras el paso por vestuarios
Tras el paso por vestuarios, sin embargo, dos ensayos ingleses en el primer cuarto de hora de la reanudación, con la firma del joven debutante Twelvetrees y de Parling, tras el mencionado gran pase de Farrell, acabaron de romper el partido para la 'Rosa', cuya delantera se impuso en casi todas las facetas al paquete del 'Cardo'. Y eso que un minuto antes del tercer ensayo no fue concedido otro a Joe Launchbury por un placaje alto del mayor de los Youngs, el talonador Tom.

Ya en la recta final del choque Escocia apoyó por segunda vez en la zona de marca inglesa, culminando el zaguero Stuart Hogg una contra perfecta del 'Cardo' iniciada con una gran patada a seguir del otro destacado de su selección, el neozelandés de abuelos escoceses Maitland, mientras que Danny Care cerraba el encuentro con la cuarta marca de los ingleses ya con el tiempo cumplido, transformada por un Owen Farrell que fue elegido 'Man of the Match', es decir, el mejor jugador del partido.


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Italia se impuso en un gran partido por 23-18

La favorita Francia sucumbe en el Olímpico

Torneo VI Naciones 2013
1ª jornada
Italia 23 - Francia 18

Ficha técnica:
23 - Italia: A. Lo Cicero (De Marchi, m.56), Ghiraldini (Giazzon, m.56), Castrogiovanni (Cittadini, m.63), Geldenhuys (Pavanello, m.71), Minto, Zanni, Favaro (Derbyshire, m.62), Parisse; Botes (Gori, m.56), Orquera (Burton, m.63); McLean, Sgarbi, Benvenuti (Canale, m.71), Venditti y Masi.

18 - Francia: Forestier (Debaty, m.53), Szarzewski (Kayser, m.53), Mas (Ducalcon, m.68), Pape (Taofifenua, m.59), Maestri, Dusautoir, Ouedraogo, Picamoles (Chouly, m.68); Machenaud (Parra, m.63), Michalak; Fall, Mermoz, Fritz (Bastareaud, m.62), Fofaná y Huget (Trinh-Duc, m.70).

Marcador: 7-0. m.5: ensayo de Parisse, que pasa Orquera. 7-5, m.12: ensayo de Picamoles. 10-5. m.15: "drop" de Orquera. 13-5. m.18: golpe de Orquera. 13-8. m.28: golpe de Michalak. 13-15. m.34: ensayo de Fall, que pasa Michalak. 13-18, m.50: golpe de Michalak. 20-18. m.57: ensayo de Castrogiovanni, que pasa Orquera. 23-18. m.69: "drop" de Burton.

Árbitro: Nigel Owens, de Gales. Expulsó 10 minutos a Giazzon, en el minuto 79.
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del Seis Naciones de rugby, disputado en el Estadio Olímpico de Roma. Lleno

Italia se ha impuesto a Francia (23-18) de forma sorprendente en el encuentro de la primera jornada del Seis Naciones, disputado en el Olímpico de Roma este domingo, por lo que los italianos consiguen por tercera vez imponerse al cuadro galés en el torneo internacional.

La sorpresa sobrevolaba durante todo el partido sobre el Olímpico y acabó produciéndose. Todo apuntaba a que Francia acabaría remontando el partido pero los italianos consiguieron aguantar la renta que habían adquirido en la primera mitad y se acabaron haciendo con la victoria.

Los ensayos convertidos por el capitán Sergio Parisse y por Martín Castrogiovanni dieron ventaja a los locales. A los cuatro minutos, Parisse ya había conseguido sobrepasar la línea de palos para que después Orquera anotara la transformación (7-0).

Italia se mostraba muy fuerte en defensa y aguantaba los ataques de los franceses, que se veían incapaces de progresar aunque Picamoles encontró un hueco por el ala izquierda para conseguir el primer ensayo visitante. Sin embargo, la mala colocación para la conversión hacía que Michalak no consiguiera la igualada (7-5).

Francia empezaba a estar mejor plantada, pero Italia seguía sorprendiendo. Un 'drop' de Orquera en el minuto 15 ampliaba las distancias (10-5) y un golpe de castigo, sólo tres minutos más tarde, hacía soñar al público italiano (13-5). Sin embargo, los franceses no estaban dispuestos a que Italia soñara durante mucho tiempo y consiguió remontar antes del descanso (13-15) con un ensayo de Fall y las patadas de Michalak.

Todo hacía indicar que el XV francés cerraría la victoria con contundencia, pero no conseguía ampliar las diferencias y los italianos se empezaron a crecer. Cada vez más, Italia adelantaba sus filas y jugaba mucho tiempo en terreno galo, hasta que Castrogiovanni conseguía un ensayo que ponía por delante al cuadro local después de que Michalak hubiese anotado un golpe de castigo (20-18).

Italia volvía a tomar ventaja y Burton conseguía un 'drop' que ponía cinco por delante al XV italiano (23-18). Quedaban aún 12 minutos para el final del partido y Francia se volcó al ataque, buscando la victoria. Un ensayo, con la consiguiente transformación, le daba el triunfo y dejaría el sufrimiento en una mera anécdota, pero la zaga italiana se mostró muy sólida y aguantó todos los arreones galos hasta que llegó el pitido final.


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impresionante italia

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resultados semana 2:

escocia 34 - 10 italia

francia 6 - 16 gales

irlanda 6 - 12 inglaterra

clasificación semana 2:

posición equipo jugados ganados empatados perdidos a favor en contra diferencia puntos
1 inglaterra 2 2 0 0 50 24 +26 4
2 irlanda 2 1 0 1 36 34 +2 2
3 gales 2 1 0 1 38 36 +2 2
4 escocia 2 1 0 1 52 48 +4 2
5 italia 2 1 0 1 33 52 -19 2
6 francia 2 0 0 2 24 39 -15 0

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